La política debe tener la posibilidad de cambiar, de renovarse, de reinventarse, de resetearse, de renacer, de ser ocasión de algo bueno para los ciudadanos.
Hemos visto que con la pandemia, la contracción económica y la crisis de salud sanitaria mucha decepción y jamás llegaron a esas altas esperanzas, la democracia ha caído en una triste impotencia. La economía ha succionado a la política obsoleta que se ha llenado de inmundicia.
Mientras doy vueltas al tema de la “Esperanza Política” en este inicio de año, tropiezo con un hecho que me intriga “Veo a los mismo de siempre queriendo operar la política de BCS”
Voy a confiar en lo que digo y a pensar que mi cerebro ha sido perspicaz al relacionar la incapacidad de la política para generar esperanza.
De nuestra parte a lo largo y ancho de nuestro caminar hemos visto con gran entusiasmo las simpatías de los ciudadanos, en la plataforma digitales vemos un crecimiento increíble y un fortalecimiento que rebasa cualquier credibilidad partidista, y eso les duele.
Los ciudadanos están reflexionando y a diario y se hacen la misma pregunta, sobre si el sistema de gobierno vigente está atendiendo con suficiencia y satisfacción las necesidades de la sociedad, y resolviendo atinadamente sus problemas.
Es imprescindible valorar a profundidad si queremos mas de lo mismo en BCS o damos un golpe de timón hacia un cambio verdadero donde las juventudes den una prioridad y vengan nuevos perfiles políticos que representen la voz pueblo.
Estamos seguros que desde Movimiento ciudadano la esperanza ciudadana será correspondida con el compromiso de un buen gobierno.
Estoy seguro que en los próximos comicios los ciudadanos le dará voz a los líderes naturales de BCS y mandarán al relleno sanitario la política obsoleta.