A unos días del término formal de la fase de precampañas, el uso y abuso de las encuestas para incidir en el ánimo de los electores de BCS rumbo a las elecciones 2021 , inició con el cinismo y la desvergüenza de quienes casi todo han manipulado esta herramienta y vuelven a las andadas sin importarles el descrédito que arrastra su amañada utilización.

La utilización en nuestro país, en materia electoral de la estadística mediante cuestionarios para sondeos de opinión y encuestas, comenzó a finales de los años setenta y luego creció hasta límites inimaginables, al grado de pulular encuestadoras patito, dispuestas a inventar todo, desde cuestionarios y sus requisitos, manipulación de cifras y bases de datos y un largo etcétera. La cosa llegó a tal grado que hoy no son confiables, y el imaginario popular dice de ellas, parodiado la frase de Zapata, que las encuestas son de quien las trabaja.

Una encuesta seria a escala nacional debe tener una intensidad de muestreo muy alto para ser representativo, ser directo o combinado con llamadas telefónicas, abarcar todos los estratos o deciles de edad, género, ingreso, residencia, militancia y múltiples variables adicionales. El cuestionario no puede ser inductivo y todos los detalles metodológicos deben acompañar los resultados; esto es, la encuesta seria tiene que ser acompañada de su correspondiente nota metodológica.

Los electores Sudacalifornianos en específico Los Cabeños no son tontos, los únicos engañados serán los candidatos o sus partidos. Ya no comulgamos con ruedas de molino.

Nos vemos en las urnas el 6 de Junio, culminó diciendo el líder social y empresario Alejandro Rojas

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